lunes, 7 de marzo de 2011

Beso de sangre (Dedicado a una amiga porque no todo es lo que parece)

Las historias de vampiros y vampiresas suelen ser tenebrosas, sensuales y fantásticas; y esta no es una excepción, pero si diferente. Me encontraba yo en un pub de stripers y había tomado varios rones de más. Querían cerrar y el dueño me echaba, pero yo no quería irme. El insistía. Y yo me negaba a irme. Discutimos y terminó llamando a seguridad, pero, en el último momento, una striper se me acercó y le dijo algo al dueño. El sonrió y le dio una cachetada al trasero.
- Toda tuya, puedes hacer con ella lo que quieras, durante toda la noche puedes quedarte aquí en una de nuestras habitaciones.
Era increíble, yo, hombre sin suerte ni futuro, le había gustado a esa chica. Y que chica... pelo largo y lacio, rojo como el más puro fuego al igual que sus ojos y sus labios.
-Te gusta el rojo...
-Me encanta el rojo, y el cuero también -dijo cogiéndome de la camisa y llevándome hasta una habitación- bienvenido a mi casa.
Encendió la luz y allí había una decoracion de lo más gótico y siniestro posible: paredes negras, un gigantesco pentáculo dorado en el suelo bajo un ataud-cama, látigos, fustas, instrumentos eróticos, trajes de lo más sujerentes desde Dómina hasta Sirvienta.
-Te gusta tu trabajo.
-Adoro mi trabajo. Y dime pues, ¿qué quieres que te haga? Pienso satisfacer absolutamente todos tus deseos- dijo y al sonreir vi dos colmillos pequeños.
-Bonitos colmillos...
-Oh, los has visto, muy observador y muchas gracias, es que soy una vampiresa.
-Que excitante vampirita.
-Lo se...
Su cuerpo era perfecto, sus pechos redondos y grandes juraría una 110, su cintura estrecha que formaba una bonita curva con su culo. Su piel blanca como la nieve y suave como la seda me provocaba frios y helados surcos de fuego en mi cuerpo con cada roce. Se quitó las botas, sus pies eran pequeños una 36, dedos redonditos y pequeños y empeine fino y estilizado, parecia que no tocaba el suelo como si se deslizara levitando.
-¿Te gustan?
-Son bonitos -dije mientras ella levantaba lentamente uno de ellos.
-Bésalo.
Sin saber por qué lo hice y eran suaves y muy sensuales. Estube largo rato haciéndolo, me resultaba agradable. Entonces me levantó y me llevó a su ataud-cama.
-Cierra, los ojos, vas a recibir el beso más placentero que existe... -los cerré -... el beso... - note su aliento en mi nuca y como su lengua acariciaba mi cuello -... de sangre.
El mordisco me pilló absolutamente por sorpresa. Mi sangre salía de mi cuello y entraba en su boca, pero no dolía, sino que era agradable un placer indescriptible me invadió y lo único que pasó por mi mente es "Sige bebiendo"
-Así lo haré querido -dijo una voz en mi mente.
Ese líqido rojo, símbolo de vida, de mi vida, ahora era suyo, era su vida; y pronto comenzaría la mía. La vista se me nubló y lo único que sentí fue cómo hasta la última gota de mi sangre salía de mí.
-Muchas gracias por la cena, la mordedura de un vampiro mantiene a la víctima viva hasta 2 minutos después de haberle quitado hasta su última gota. Adoramos la sangre fresca...
-No me arrepiento, iba a suicidarme, saber que mi vida por fin le sirve a alguien me quita un peso de encima, gracias.
-Valla eres muy considerado, nunca me he topado con alguien como tu y esta es tu recompensa -dijo dándome un suave beso con mi sangre aun en sus labios.
Era cálido y cuando enfoqué la vista y la miré a los ojos vi por primera y última vez que me había enamorado de la muerte.

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